¡Felicitaciones! Has llegado a un paso muy importante en tu camino hacia ser completamente canadiense: ¡tu solicitud de ciudadanía!
Creo que no hay nada más emocionante que saber que después de tanto esfuerzo y dedicación en el camino de la inmigración en un país como Canadá, uno puede avanzar con la solicitud del paso más importante y último en el viaje de inmigración, que es convertirse en ciudadano.
Como parte de la Carta de Derechos y Libertades que Canadá estableció cuando comenzó su camino hacia ser un país autónomo con la Confederación en 1867, se establece que los ciudadanos disfrutan de todas las libertades y derechos, así como de las responsabilidades que están contenidas en la ley dentro del país.
Como parte de la Carta de Derechos y Libertades que Canadá estableció cuando comenzó su camino hacia ser un país autónomo con la Confederación en 1867, se establece que los ciudadanos disfrutan de todas las libertades y derechos, así como de las responsabilidades que están contenidas en la ley dentro del país.
En otras palabras, convertirse en ciudadano canadiense significa que tienes el privilegio más alto bajo la ley como habitante del país, al igual que debes rendir cuentas ante las leyes que rigen la sociedad a nivel municipal, provincial y federal. Entonces, para aquellos que se preguntan cuál es la diferencia entre un residente permanente (PR) y un ciudadano, hay principalmente dos: